LAS IDEAS ESOTÉRICAS
Y LAS IDEAS DE VIDA
AUTO-OBSERVACIÓN
Mientras un hombre
siga aceptando lo que observa como si fuera él mismo, separarse de
"ello" le será imposible.
Es lo mismo que estar
sobre una tabla y tratar de levantarla.
Aceptar lo que
observa en sí mismo como si mismo es identificarse con "ello".
En este caso no puede
cambiar.
Hemos estado dormidos
demasiado tiempo para que nos sea posible captar la significación de la
observación de sí y de su verdadera meta, que es la separación interior.
Pero si todo lo
interior, en el propio mundo psíquico, al cual solo uno tiene acceso directo,
esta siempre girando y girando y se toma todo como si fuera uno mismo, aun no
se ha emprendido el viaje para encontrarse a sí mismo, a quien se había
perdido.
Permítanme hacer a
todos ustedes una pregunta:
"¿Por qué es tan
difícil establecer una relación de Trabajo consigo mismo?
Porque en nosotros
todo se toma como uno, como "yo".
Esta es nuestra
ilusión más fuerte y día tras día vence a la acción del Trabajo sobre nosotros.
Y como todas las
poderosas ilusiones en que vivimos, su fin es impedir que despertemos.
Sin embargo, ¿qué
dice insistentemente El Trabajo, El Trabajo que trata de despertarnos, sobre
nuestro estado de Ser?
Dice que lo caracteriza
la falta de unidad, la falta de unicidad, la multiplicidad, la multitud, los
muchos "Yoes", en lugar de un gran "yo" permanente cuya
mirada cubra todo el ámbito de nuestra vida.
Ya deberíamos conocer
prácticamente algunos de los "yoes" que están en nosotros y saber si
podemos confiar en lo que dicen o no.
Es muy fácil caer
entre ladrones, quienes no solo nos roban sino que nos dañan, dejándonos medio
muertos, como el hombre que "descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en
manos de ladrones, los cuales lo despojaron; e hiriéndole, se fueron dejándole
medio muerto". (Lucas X, 30).
Observen que
descendió.
Todo hombre tiene en
él "yoes" que quieren arrastrarlo cuesta abajo.
Este es el notable
descubrimiento que podemos hacer solos, sin ayuda de nadie —a saber, que
tenemos en nosotros "yoes" que, si los seguimos, nos arrastran cuesta
abajo hablando en términos esotéricos y que, en realidad, luchan contra toda
nueva comprensión y desean matarnos.
Sin embargo, nos
aceptamos con mucha calma como si en nosotros todo anduviese bien.
Esto es el
significado de la ilusión.
Significa que no
hemos empezado a observarnos a nosotros mismos a la luz de la enseñanza
esotérica —ya sea del Trabajo, ya sea de los Evangelios o de cualquier otra
fuente mucho más antigua.
Es dentro del hombre
donde debe empezar la lucha entre el sí y el no, en relación con las ideas
esotéricas.
Y esto significa que
todo hombre tiene "yoes" que se resistirán al Trabajo, que se
resistirán a cualquier forma de ideas esotéricas, por eso es preciso observar
el curso de nuestros pensamientos.
¿De qué
"yoes" provienen los pensamientos?
Si se carece de una
relación de Trabajo consigo mismo se aceptaran, todos los pensamientos,
cualquier pensamiento ocioso, como 'yo', y se dirá "si" a ellos.
¿Cómo es posible
entonces el trabajo sobre si?
¿Es tal su insensatez
que confía en cualquier pensamiento ocioso, como "yo", y se dirá
"si" a ellos?
¿Cómo es posible en
usted El Trabajo en relación con la esfera del pensamiento?
¿Supone acaso que es
usted mismo quien piensa sus pensamientos?
¿Acepta cualquier
evento personal, cualquier evento psíquico —es decir, cada estado de ánimo,
cada pensamiento que tiene —como si fuera usted mismo, como si fuera
"yo"— y lo sanciona y firma?
Si lo hace así, no
comprende lo que significa el Trabajo sobre sí.
Se acepta a sí mismo
como si fuera una persona.
Intenta hacer El
Trabajo sin haber empezado a hacerlo, sin ni siquiera saber dónde empieza.
¿Por qué ha de
acompañar todos sus pensamientos?
¿Por qué ha de creer
en ellos si tienen su origen en los "yoes" negativos?
¿Por qué empeñarse en
seguir una sucesión tras otra de pensamientos negativos como si todos fueran
usted, como si todos fueran "yo" mismo que piensa, cuando solo le
basta DESPERTAR UN POCO y comprender que no es necesario aceptar esos
pensamientos como usted, que no es preciso seguir ese rumbo?
Hemos hablado
recientemente de ser pasivo para con los pensamientos.
Les aseguro a todos
ustedes que les sería muy útil comprender lo que esto significa todos los días.
Dije una vez que si
pudieran comprender esta parte del Trabajo en forma práctica sería COSA DE
MAGIA.
Despertaran de pronto
de la secuencia de malignos pensamientos negativos y comprenderán que ya no
necesitan encenagarse más.
Pueden apartarse de
ellos, como cuando se sale de un pantano en el que uno se estaba hundiendo.
Sí, pero ¿quién lo
sabe en realidad?
Si aman los estados
negativos más que cualquier otra cosa, por cierto nunca lo sabrán.
Ahora bien, es
preciso comprender que en ustedes hay muchos "yoes" que están en
contra del Trabajo.
Si no fuera así, el
Trabajo personal carecería de base.
Todo lo que se
consigue por medio del Trabajo es en consecuencia un logro individual —el
resultado de los propios esfuerzos.
Si se aceptara
simplemente El Trabajo, nada podría suceder.
Si se escribiera toda
la enseñanza del Trabajo en libretas de apuntes, si se lo dactilografiara
bellamente, El Trabajo aun no habría empezado.
Ningún cambio tendría
lugar.
El Trabajo se asemeja
a un cambio químico. Una sal se obtiene partiendo de dos elementos opuestos.
Estos son
psicológicamente:
Vida y Trabajo.
Así es preciso
comprender que El Trabajo establece una lucha entre los opuestos.
Una vez que se
empieza a ver los yoes se descubre de qué modo tejen su material y ya no hay
necesidad alguna de acompañarlos, ni de creer en ellos, ni de aceptar su charla
interior como si fuera verdad; esta realidad es cosa de magia.
Se sacude uno, por así
decirlo, como cuando sale del agua, y se libra instantáneamente de todo. Se
siente en paz con el mundo.
Siente que algo
maravilloso tuvo lugar dentro de uno mismo, que ha escapado de un peligro que
nunca había visto antes.
Por lo tanto, intente
ver los diferentes "yoes" y ponga atención a lo que dicen acerca del
Trabajo —es decir, acerca de la distinción existente entre las ideas esotéricas
y las ideas de vida.
Y recuerde que si no
le es posible presenciar esa lucha en sí mismo, si se identifica con cada curso
de pensamiento, con cada clase de charla interior, con cada estado de ánimo,
ignora en la práctica lo que significa este Trabajo.
Dirá simplemente:
"Yo me siento
negativo hacia algo".
Quiere decir que se
acepta como una sola cosa, como una masa a veces negativa, a veces positiva.
Esto no lo llevara a
ninguna parte.
También quiere decir
que no comprende lo que significa observarse a sí mismo y no se da cuenta de
los diferentes "yoes" que están en usted.
En este caso estará
siempre identificado con su estado, y siempre dirá "yo" a cualquier
estado de sí.
¿Cómo podrá
comprender entonces lo que significa transformar sus estados?
Usted será ellos.
Sera incapaz de
separarse de ellos, de modo que sus estados y usted estarán identificados
—serán la misma cosa.
Usted será uno por la
identificación.
Todo será usted.
Entre ustedes hay
muchos que piensan que la Observación de Si finca solo en darse cuenta de que
se sienten malhumorados, de que no se sienten bien, de que se sienten
negativos, aburridos, sombríos, deprimidos, etc.
Permítanme
asegurarles que esta no es la Observación de Si.
La Observación de Si
tiene como punto de partida el establecimiento de un lado observante en el
propio mundo interior.
El lado observante no
está identificado con lo que observa.
Cuando se dice:
"Yo me siento
negativo", no se está observando uno a sí mismo.
Usted es su estado.
Esta identificado con
su estado.
No hay nada distinto
en usted que este fuera de su estado, algo que no sienta su estado, que sea
independiente de su estado y que lo esté examinando, algo que tenga un
sentimiento muy diferente de su estado.
Se dice: "Yo
deseo no ser negativo", no le sirve de nada.
"Yo" es
quien habla todo el tiempo.
Se acepta a sí mismo
como una masa.
No se divide a sí
mismo en dos, lo cual es el comienzo del Trabajo sobre si.
No dice: "¿Por
qué es “ello” negativo?" sino "¿Por qué soy Yo negativo?"
Está tomando “ello” y
usted como si fueran la misma cosa.
Traten de comprender
lo que significa dividirse en dos —un lado observado y un lado observante— y
traten de tener la sensación de yo en el lado observante y no en el lado
observado.
En ello estriba toda
la cuestión.
Es menester recordar
que a menos que un hombre se divida en dos no puede salir de donde está.
Es así: estamos
atados interiormente a cosas equivocadas a las cuales aceptamos como si fueran
nosotros mismos —pensamientos equivocados, preocupaciones, etc.
Los aceptamos como si
fueran nosotros.
El Trabajo se propone
separamos de ellos.
Este es el comienzo
de la libertad interior.
A esto se refiere el
Trabajo.
Si podemos observar
nuestros pensamientos y preocupaciones, en tal caso se establece el punto de
partida del Trabajo en uno mismo.
Esto es, el lado
observante es el nuevo punto de crecimiento en uno.
Por eso es preciso
sentir la sensación de yo en el lado Observante y no en el lado observado.
Es preciso tener
conciencia del lado Observante.
Maurice Nicoll
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