AUTOOBSERVACION
DEFINIDA, TOPICA Y CONCRETA
Por: Maurice Nicoll
Tratemos de obtener una
parte de la energía contenida en la idea que el hombre está dormido, y
reflexionemos acerca de ella.
Se dijo a menudo en
estos comentarios que no hemos de permanecer inconscientes de nuestra
psicología.
Una de las razones es
que solo tendemos a ver en los otros aquello de lo cual somos inconscientes en
nosotros.
Quiero decir, que
tendemos a ver, digamos, la mezquindad, como si estuviese fuera de nosotros
cuando es muy posible que esté dentro de nosotros mismos.
Si vemos constantemente
la mezquindad en los otros podemos tener la seguridad que es algo que está en
nosotros y para lo cual estamos ciegos.
Ahora bien, esta
tendencia es una parte determinada de nuestro estado general de sueño.
Si reflexionamos sobre
esta parte particular de nuestro sueño descubriremos que da origen a una
cantidad incalculable de desdicha en el mundo.
Acusamos y condenamos al
otro por lo que nosotros también hacemos y somos.
Este es un descuido o
una falta de conciencia debida al nivel general de nuestra conciencia.
Caracteriza el segundo o
"así llamado estado de vigilia", al que creemos —mientras no
despertemos a el— ser un estado de plena conciencia.
El trabajo lo llama un
estado de sueño.
Abro un paréntesis para
preguntar aquí: "¿no se da en verdad cuenta después de una prolongada e
imparcial auto-observación que no está realmente consciente?"
Tal vez nadie piensa de
este modo acerca de si mismo.
Imaginemos ahora una persona
que dice: "La idea de que el hombre está dormido no se me puede aplicar.
Estoy muy lejos de estar
dormido.
Estoy de acuerdo que
otros lo están.
Pero estoy lleno de
vivacidad y siempre despierto —y, de paso, no puedo aguantar al Sr. X que se
pasa la vida exhibiéndose y diciendo que es diferente".
Todos hacen
observaciones de esta clase.
Se deben a la falta de
conciencia.
No reparan que muchas
veces son exactamente lo que critican en los otros.
Son inconscientes de su
psicología.
En consecuencia ven lo
que está en ellos proyectado afuera hacia otra persona tal como lo hace una
linterna mágica.
La persona imaginaria
mencionada más arriba no ve que es ella misma la que siempre se está jactando y
diciendo que es diferente de las otras personas.
Por no verlo en ella
misma, critica siempre a los otros.
Si lo viera en ella no
se comportaría de ese modo.
Ahora bien, a este
respecto deseo hacer hincapié en el punto que en el trabajo la gente no
practica la auto-observación en relación con algo tan definido como notar la
misma cosa en ellas que critican en los otros.
No cabe duda que tal
cosa exista en lo abstracto, la auto observación retrospectiva o remota.
Puede adoptar más de una
forma, útil y necesaria, a condición que no pase a ser un remordimiento inútil
e innecesario o una meditación negativa.
Una de las formas se
conecta con tomar fotografías de uno mismo.
Pero aquí estoy hablando
de la auto observación definida, tópica y concreta.
Consiste en observar en
uno mismo lo que nos irrita definitivamente en otra persona.
Es definida, porque se
refiere a lo que se nota definitivamente en otra persona.
Es tópica, porque tiene
que ver con lo que ocurre en un momento dado y es concreta porque exige que uno
se ocupe de la tarea concreta de descubrir en uno mismo lo que tanto nos irrita
en otra persona.
Por esta razón el nombre
de este comentario.
Maurice Nicoll
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