LA OBSERVACIOÓN
DE NUESTRAS FANTASIAS
Por: Maurice
Nicoll
El Trabajo,
entre las muchas cosas que enseña, dice que debemos lucha con la imaginación.
A este
respecto, dice cabalmente, sin entrar en mucho detalles, que una imaginación
dirigida es muy diferente de la imaginación mecánica.
En otras
palabras, dice que la imaginación no es mala sino necesaria si se la controla y
dirige hacia determinado objeto.
Por ejemplo, si
usted está por construir un puente sobre el rio Zambeze tiene un plan y emplea
su imaginación de un modo dirigido para saber dónde ha de construirlo, qué
materiales debe emplear para los tramos, etc.
Es aquí donde
la imaginación está a su servicio.
¿Qué es
entonces la imaginación en tales casos?
Es el poder de
concebir una cosa, luego de concebir otra, hasta que se encuentre con ayuda de
la imaginación dirigida la mejor manera de construir un puente.
Y lo mismo se
aplica a todo, porque una persona carente de imaginación no será capaz de
construir un puente, ni una casa ni cosa alguna excepto seguir una línea
estereotipada.
Pero cuando el
Trabajo nos dice que hemos de trabajar contra la imaginación no quiere decir
que debemos trabajar contra la imaginación dirigida sino contra la imaginación
pasiva que obre por si misma sin dirección alguna.
A esta
imaginación la llamamos fantasear.
En esta
imaginación pasiva, no hay segunda fuerza.
Vemos una
personita, toda dientes y sonrisas, que ha salido ganadora en un cuerpo de
belleza de una ciudad y ha sido besada por el alcalde.
Al cabo de poco
tiempo todo está olvidado, empero su fantasear obrará en el punto en que ella
apareció en los periódicos y en cierto modo estará llena de amargura hacia la
vida porque Hollywood no hizo de ella una estrella como se imaginaba.
Por eso se satisfará
con fantasías y estas le extraerán mucha energía de sus relaciones con la vida
o con su marido o con sus hijos o con su trabajo.
Esto la
devorará. ¿Qué es lo que la devorará?
El fantasear
que fue estimulado por su momento de publicidad.
Ahora bien, lo
mismo se aplica tanto a los hombres como a las mujeres.
Tenemos aquí un
hombre o una mujer que pierde mucho tiempo en ensueños o en fantasear,
concibiendo qué maravilla hubiera podido ser.
Si alguien se
casa con una persona que alimenta extrañas fantasías de esta clase, sea hombre
o mujer, siempre notará que hay algo en dicha persona que escapa.
De pronto sus
ojos están fuera de foco.
Siempre me
interesó ver qué dirección siguen los ojos.
Miran
ligeramente hacia arriba, creo.
Por el momento
la persona que se entrega a tales fantasías no está presente y no oye lo que se
le dice, y luego vuelve al instante a la realidad, por así decirlo.
Ahora bien, es
esta forma de imaginación a la que se refiere el trabajo cuando dice que es
preciso vencer la imaginación.
Esta mirada
triste, estos ojos que no miran, siempre significan que una persona está roída
por el fantasear, que se entrega a su imaginación, que pasa al mundo de las
fantasías.
Recuerdo una
fantasía que me forje en la época en que entré en el trabajo; me parecía que
después de pasar unos meses con el Sr. Gurdjeff me convertiría en un mago,
vestido con una túnica negra y con un amplio sombrero de fieltro y que tendría
ojos penetrantes, y todos se inclinarían ante mí.
Sin embargo, cuando
conocí realmente el trabajo, descubrí que nada tenía que ver con eso.
Cuando usted
esta triste de este modo, ¿sabe qué le esta sucediendo? ¿Qué es lo que lo está
devorando?
La Luna lo está
devorando.
¿Es usted
negativo o no?
Si, usted es
negativo.
Se ha retirado
de lo que tiene que hacer en la vida.
Tanta poesía se
ha escrito acerca de este triste fantasear, y por eso tanta poesía es negativa
por su carácter.
Y nuevamente,
cuántas romanzas se refieren a este fantasear y con cuanta emoción son leídos
por gentes a quienes la vida no satisfizo y que se agotan imaginando que
hermoso sería ser una persona adorada, una persona famosa en todo el mundo y
que aparece en los periódicos.
Es preciso
comprender que ese fantasear del cual estoy hablando es muy poderoso y obra en
la mayoría de la gente para hacerla desdichada.
Pues bien, como
dije, los ensueños, el fantasear, carecen de segunda fuerza, pero un poco de
auto-observación sincera y directa los destruye.
Comprender
honestamente lo que se es lo destruye más que cualquier otra cosa.
Se da cuenta
uno que no se está a la altura de esa fama mundial sobre la que tanto se
fantasea.
Es un punto de
partida erróneo.
La
auto-observación en el sentido del trabajo hace que tomemos como punto de
partida lo que somos, pero la fantasía o la imaginación pasiva hace que nuestro
punto de partida sea por completo erróneo.
Ahora bien, la
mayoría de las gentes consideran los sueños como si pertenecieran a la misma
categoría que las fantasía, pero un sueño puede destrozar por completo una
fantasía.
Un sueño hace
entrar siempre la segunda fuerza y ésta destroza por completo las fantasías
porque en ellas no hay segunda fuerza.
Por esta razón
les contaré una historia que les hará comprender lo que quiero decir.
La observación
de si puede destruir las fantasías y también un sueño proveniente de los centros
superiores contempla nuestra situación de vida y uno mismo de un modo diferente
que los estados de sueño.
¿No ven que la
observación de si trae la segunda fuerza en nuestra vida y en nuestros sueños y
nos hace ver que no nos asemejamos a lo que imaginamos ser sino que somos
personas comunes?
En otras
palabras, la auto-observación destruye las fantasías.
De la misma
manera, cierta clase de sueños nos hace tener conciencia igualmente de la
segunda fuerza como si el sueño fuera una compensación para nuestros ensueños.
Los sueños que
tenemos cuando dormimos y los ensueños son dos cosas por completo diferentes.
Los sueños que
tenemos cuando estamos dormidos hacen que nuestro fantasear diario sea tal que
nos damos cuenta de la segunda fuerza, la fuerza contra la cual queremos ser en
nuestro fantasear diario.
Nos señala, por
ejemplo, que no se pueden realizarlos porque, digamos, uno es feo, o carece de
talento para la escena, o carece de instrucción, de modo que hay que aceptar la
vida presente sin ensueños.
Todo ello está
muy bien ilustrado en el siguiente relato en el cual un sueño destroza un
ensueño y cura a un hombre porque hace intervenir la segunda fuerza.
El relato nos
dice que un hombre refiere a un extraño el sueño que tuvo mientras le extraían
una muela.
Sonó que era un
cantante famoso que viajaba en un lujoso coche con su empresario, el
acompañante y el chofer-mucamo, para realizar una gira de conciertos.
En el sueño
tenia conciencia de sentirse muy inferior a su acompañante, músico muy capaz y
hombre de gran cultura europea, quien lo odiaba y despreciaba en silencio por
su ignorancia y falta de educación.
Se sentía
asimismo inferior a su mucamo que se jactaba continuamente de su éxito con las
mujeres y que hacia alarde de sus asuntos amorosos bajo las mismas narices de
su señor.
Al llegar a la
sala de conciertos su empresario le trajo para que les firmase sus fraudulentas
cuentas, según acostumbraba, y sus inútiles protestas no fueron oídas debido a
inevitables interrupciones.
Cuando iba a
empezar a cantar despertó.
Citaré
fielmente las palabras con que describió su sueño en el cual hay un marcado
contraste con la realidad a la que despertó.
"Soy un
empleado en la ciudad", explicó amablemente.
"Tengo
mujer, un hijo y dos hijas.
Me quieren.
Cuando era
joven tenia una bella voz.
Todavía la
tengo supongo.
Toda mi vida
soñé que un día me aclamarían como un famoso cantante —con el poder que da el
dinero, la admiración de muchas mujeres, y la técnica de un maestro—.
Debido a ello
mi vida nunca fue fácil.
Era arrogante
con el engreimiento de una vida que nunca tuvo lugar en la realidad; desdeñoso
de la vida que llevaba.
Pero he visto
la desdicha en quienes están colocados alto.
Ahora bien,
este sueño ha destrozado mis ensueños.
Aunque lo
quisiera, no me es posible volver a ellos.
Mi mente sabe
demasiado.
Pues bien, de
un modo curioso, desperté al deleite de ser yo."
(De "Reaparición personal", cuento corto de Paúl Feakes.
Evening News, 13-2-50.)
Ahora bien, ¿no
ven que ese hombre alimentó respecto al canto toda su vida una fantasía que lo
hacia desdichado?
Todos ustedes
saben que si alimentan una fantasía esta los roe, los torna descontentos,
impide todo vínculo si siempre piensan según su fantasía de "si no fuera
porque... entonces las cosas serian diferentes".
Pues bien, esta
es la fuerza de la imaginación contra la cual hemos de luchar, no la
imaginación dirigida, que se vincula con una mente dirigida.
Y debemos
comprender asimismo que un fantasear libre, sin dirección alguna, encuentra muy
fácilmente la parte negativa del centro emocional.
Recuerden, el
fantasear pertenece a la parte de la vanidad.
Alguien dijo,
no recuerdo quien, que el hombre no es otra cosa que una máquina dirigida por
la vanidad y que todo se hace sobre la base de la falsa personalidad.
El trabajo dice
que se es dirigido por la falsa personalidad, que es por completo imaginaria.
Todos los
sueños que tienen las gentes que están en el trabajo van en contra de esta
fuerza de imaginación.
Es inútil decir
que los sueños no son sino imaginación, y ésta observación siempre me interesó
porque la imaginación es una de las cosas más poderosas.
Existe una
imaginación correctamente dirigida y existe una imaginación libre, que es la
que mantiene en movimiento los estados negativos.
Por eso se dice
que cuando se es negativo se produce una lucha con la imaginación, para tratar
de poner las cosas en su lugar, porque la imaginación sugiere toda clase de
cosas que nunca sucedieron.
Maurice Nicoll
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