viernes, 23 de enero de 2015

LA OBSERVACION DE NUESTRAS FANTASIAS

LA OBSERVACIOÓN DE NUESTRAS FANTASIAS
Por: Maurice Nicoll

El Trabajo, entre las muchas cosas que enseña, dice que debemos lucha con la imaginación.

A este respecto, dice cabalmente, sin entrar en mucho detalles, que una imaginación dirigida es muy diferente de la imaginación mecánica.

En otras palabras, dice que la imaginación no es mala sino necesaria si se la controla y dirige hacia determinado objeto.

Por ejemplo, si usted está por construir un puente sobre el rio Zambeze tiene un plan y emplea su imaginación de un modo dirigido para saber dónde ha de construirlo, qué materiales debe emplear para los tramos, etc.

Es aquí donde la imaginación está a su servicio.

¿Qué es entonces la imaginación en tales casos?

Es el poder de concebir una cosa, luego de concebir otra, hasta que se encuentre con ayuda de la imaginación dirigida la mejor manera de construir un puente.

Y lo mismo se aplica a todo, porque una persona carente de imaginación no será capaz de construir un puente, ni una casa ni cosa alguna excepto seguir una línea estereotipada.

Pero cuando el Trabajo nos dice que hemos de trabajar contra la imaginación no quiere decir que debemos trabajar contra la imaginación dirigida sino contra la imaginación pasiva que obre por si misma sin dirección alguna.

A esta imaginación la llamamos fantasear.

En esta imaginación pasiva, no hay segunda fuerza.

Vemos una personita, toda dientes y sonrisas, que ha salido ganadora en un cuerpo de belleza de una ciudad y ha sido besada por el alcalde.

Al cabo de poco tiempo todo está olvidado, empero su fantasear obrará en el punto en que ella apareció en los periódicos y en cierto modo estará llena de amargura hacia la vida porque Hollywood no hizo de ella una estrella como se imaginaba.

Por eso se satisfará con fantasías y estas le extraerán mucha energía de sus relaciones con la vida o con su marido o con sus hijos o con su trabajo.

Esto la devorará. ¿Qué es lo que la devorará?

El fantasear que fue estimulado por su momento de publicidad.

Ahora bien, lo mismo se aplica tanto a los hombres como a las mujeres.

Tenemos aquí un hombre o una mujer que pierde mucho tiempo en ensueños o en fantasear, concibiendo qué maravilla hubiera podido ser.

Si alguien se casa con una persona que alimenta extrañas fantasías de esta clase, sea hombre o mujer, siempre notará que hay algo en dicha persona que escapa.

De pronto sus ojos están fuera de foco.

Siempre me interesó ver qué dirección siguen los ojos.

Miran ligeramente hacia arriba, creo.

Por el momento la persona que se entrega a tales fantasías no está presente y no oye lo que se le dice, y luego vuelve al instante a la realidad, por así decirlo.

Ahora bien, es esta forma de imaginación a la que se refiere el trabajo cuando dice que es preciso vencer la imaginación.

Esta mirada triste, estos ojos que no miran, siempre significan que una persona está roída por el fantasear, que se entrega a su imaginación, que pasa al mundo de las fantasías.

Recuerdo una fantasía que me forje en la época en que entré en el trabajo; me parecía que después de pasar unos meses con el Sr. Gurdjeff me convertiría en un mago, vestido con una túnica negra y con un amplio sombrero de fieltro y que tendría ojos penetrantes, y todos se inclinarían ante mí.

Sin embargo, cuando conocí realmente el trabajo, descubrí que nada tenía que ver con eso.

Cuando usted esta triste de este modo, ¿sabe qué le esta sucediendo? ¿Qué es lo que lo está devorando?

La Luna lo está devorando.

¿Es usted negativo o no?

Si, usted es negativo.

Se ha retirado de lo que tiene que hacer en la vida.

Tanta poesía se ha escrito acerca de este triste fantasear, y por eso tanta poesía es negativa por su carácter.

Y nuevamente, cuántas romanzas se refieren a este fantasear y con cuanta emoción son leídos por gentes a quienes la vida no satisfizo y que se agotan imaginando que hermoso sería ser una persona adorada, una persona famosa en todo el mundo y que aparece en los periódicos.

Es preciso comprender que ese fantasear del cual estoy hablando es muy poderoso y obra en la mayoría de la gente para hacerla desdichada.

Pues bien, como dije, los ensueños, el fantasear, carecen de segunda fuerza, pero un poco de auto-observación sincera y directa los destruye.

Comprender honestamente lo que se es lo destruye más que cualquier otra cosa.

Se da cuenta uno que no se está a la altura de esa fama mundial sobre la que tanto se fantasea.

Es un punto de partida erróneo.

La auto-observación en el sentido del trabajo hace que tomemos como punto de partida lo que somos, pero la fantasía o la imaginación pasiva hace que nuestro punto de partida sea por completo erróneo.

Ahora bien, la mayoría de las gentes consideran los sueños como si pertenecieran a la misma categoría que las fantasía, pero un sueño puede destrozar por completo una fantasía.

Un sueño hace entrar siempre la segunda fuerza y ésta destroza por completo las fantasías porque en ellas no hay segunda fuerza.

Por esta razón les contaré una historia que les hará comprender lo que quiero decir.

La observación de si puede destruir las fantasías y también un sueño proveniente de los centros superiores contempla nuestra situación de vida y uno mismo de un modo diferente que los estados de sueño.

¿No ven que la observación de si trae la segunda fuerza en nuestra vida y en nuestros sueños y nos hace ver que no nos asemejamos a lo que imaginamos ser sino que somos personas comunes?

En otras palabras, la auto-observación destruye las fantasías.

De la misma manera, cierta clase de sueños nos hace tener conciencia igualmente de la segunda fuerza como si el sueño fuera una compensación para nuestros ensueños.

Los sueños que tenemos cuando dormimos y los ensueños son dos cosas por completo diferentes.

Los sueños que tenemos cuando estamos dormidos hacen que nuestro fantasear diario sea tal que nos damos cuenta de la segunda fuerza, la fuerza contra la cual queremos ser en nuestro fantasear diario.

Nos señala, por ejemplo, que no se pueden realizarlos porque, digamos, uno es feo, o carece de talento para la escena, o carece de instrucción, de modo que hay que aceptar la vida presente sin ensueños.

Todo ello está muy bien ilustrado en el siguiente relato en el cual un sueño destroza un ensueño y cura a un hombre porque hace intervenir la segunda fuerza.

El relato nos dice que un hombre refiere a un extraño el sueño que tuvo mientras le extraían una muela.

Sonó que era un cantante famoso que viajaba en un lujoso coche con su empresario, el acompañante y el chofer-mucamo, para realizar una gira de conciertos.

En el sueño tenia conciencia de sentirse muy inferior a su acompañante, músico muy capaz y hombre de gran cultura europea, quien lo odiaba y despreciaba en silencio por su ignorancia y falta de educación.

Se sentía asimismo inferior a su mucamo que se jactaba continuamente de su éxito con las mujeres y que hacia alarde de sus asuntos amorosos bajo las mismas narices de su señor.

Al llegar a la sala de conciertos su empresario le trajo para que les firmase sus fraudulentas cuentas, según acostumbraba, y sus inútiles protestas no fueron oídas debido a inevitables interrupciones.

Cuando iba a empezar a cantar despertó.

Citaré fielmente las palabras con que describió su sueño en el cual hay un marcado contraste con la realidad a la que despertó.

"Soy un empleado en la ciudad", explicó amablemente.

"Tengo mujer, un hijo y dos hijas.

Me quieren.

Cuando era joven tenia una bella voz.

Todavía la tengo supongo.

Toda mi vida soñé que un día me aclamarían como un famoso cantante —con el poder que da el dinero, la admiración de muchas mujeres, y la técnica de un maestro—.

Debido a ello mi vida nunca fue fácil.

Era arrogante con el engreimiento de una vida que nunca tuvo lugar en la realidad; desdeñoso de la vida que llevaba.

Pero he visto la desdicha en quienes están colocados alto.

Ahora bien, este sueño ha destrozado mis ensueños.

Aunque lo quisiera, no me es posible volver a ellos.

Mi mente sabe demasiado.

Pues bien, de un modo curioso, desperté al deleite de ser yo."

(De "Reaparición personal", cuento corto de Paúl Feakes.
Evening News, 13-2-50.)

Ahora bien, ¿no ven que ese hombre alimentó respecto al canto toda su vida una fantasía que lo hacia desdichado?

Todos ustedes saben que si alimentan una fantasía esta los roe, los torna descontentos, impide todo vínculo si siempre piensan según su fantasía de "si no fuera porque... entonces las cosas serian diferentes".

Pues bien, esta es la fuerza de la imaginación contra la cual hemos de luchar, no la imaginación dirigida, que se vincula con una mente dirigida.

Y debemos comprender asimismo que un fantasear libre, sin dirección alguna, encuentra muy fácilmente la parte negativa del centro emocional.

Recuerden, el fantasear pertenece a la parte de la vanidad.

Alguien dijo, no recuerdo quien, que el hombre no es otra cosa que una máquina dirigida por la vanidad y que todo se hace sobre la base de la falsa personalidad.

El trabajo dice que se es dirigido por la falsa personalidad, que es por completo imaginaria.

Todos los sueños que tienen las gentes que están en el trabajo van en contra de esta fuerza de imaginación.

Es inútil decir que los sueños no son sino imaginación, y ésta observación siempre me interesó porque la imaginación es una de las cosas más poderosas.

Existe una imaginación correctamente dirigida y existe una imaginación libre, que es la que mantiene en movimiento los estados negativos.

Por eso se dice que cuando se es negativo se produce una lucha con la imaginación, para tratar de poner las cosas en su lugar, porque la imaginación sugiere toda clase de cosas que nunca sucedieron.

Maurice Nicoll





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