LA OBSERVACION
DE SI Y LOS "YOES"
Por: Maurice
Nicoll
Mientras un
hombre siga aceptando lo que observa como si fuera él mismo, separarse de “ello” le será imposible.
Es lo mismo que
estar sobre una tabla y tratar de levantarla.
Aceptar lo que
observa en si mismo como si mismo es identificarse con “ello”.
En este caso no
puede cambiar.
Hemos estado
dormidos demasiado tiempo para que nos sea posible captar la significación de
la observacion de si y de su verdadera meta, que es la separación interior.
Pero si todo lo
interior, en el propio mundo psíquico, al cual sólo uno tiene acceso directo, está siempre girando y girando y se
toma todo como si fuera uno mismo, aún
no se ha emprendido el viaje para encontrarse a si mismo, a quien se habia
perdido.
Permítanme
hacer a todos ustedes una pregunta:
"¿Por qué
es tan difícil establecer una relación de Trabajo consigo mismo?
Porque en
nosotros todo se toma como uno, como "Yo".
Esta es nuestra
ilusión más fuerte y día tras día vence a la acción del Trabajo sobre nosotros.
Y como todas
las poderosas ilusiones en que vivimos, su fin es impedir que despertemos.
Sin embargo,
¿qué dice insistentemente el trabajo, el trabajo que trata de despertarnos,
sobre nuestro estado de ser?
Dice que lo
caracteriza la falta de unidad, la falta de unicidad, la multiplicidad, la
multitud, los muchos "Yoes", en lugar de un gran "Yo"
permanente cuya mirada cubra todo el ámbito de nuestra vida.
Ya deberíamos
conocer practicamente algunos de los "Yoes" que están en nosotros y
saber si podemos confiar en lo que dicen o no.
Es muy facil
caer entre ladrones, quienes no solo nos roban sino que nos dañan, dejándonos
medio muertos, como el hombre que "descendía de Jerusalén a Jericó y cayo
en manos de ladrones, los cuales lo despojaron; e hiriéndole, se fueron
dejándole medio muerto". (Lucas X,
30).
Observen que descendió.
Todo hombre
tiene en el "Yoes" que quieren arrastrarlo cuesta abajo.
Este es el
notable descubrimiento que podemos hacer solos, sin ayuda de nadie —a saber,
que tenemos en nosotros "Yoes" que, si los seguimos, nos arrastran
cuesta abajo hablando en términos esotéricos y que, en realidad, luchan contra
toda nueva comprension y desean matarnos.
Sin embargo,
nos aceptamos con mucha calma como si en nosotros todo anduviese bien.
Esto es el
significado de la ilusión.
Significa que
no hemos empezado a observarnos a nosotros mismos a la luz de la enseñanza
esotérica —ya sea del trabajo, ya sea de los Evangelios o de cualquier otra
fuente mucho más antigua.
Es dentro del hombre donde debe empezar
la lucha entre el Si y el No, en relación con las ideas esotéricas.
Y esto
significa que todo hombre tiene "Yoes" que se resistirán al trabajo,
que se resistirán a cualquier forma de ideas esotéricas, por eso es preciso
observar el curso de nuestros pensamientos.
¿De qué
"Yoes" provienen los pensamientos?
Si se carece de
una relación de trabajo consigo mismo
se aceptarán, todos los
pensamientos, cualquier pensamiento ocioso, como 'Yo', y se dirá "Si"
a ellos.
¿Cómo es
posible entonces el trabajo sobre si?
Es tal su
insensatéz que confía en cualquier pensamiento ocioso, como "Yo", y
se dirá "Si" a ellos.
¿Cómo es
posible en usted el trabajo en relación con la esfera del pensamiento? ¿Supone
acaso que es usted mismo quien piensa sus pensamientos?
¿Acepta
cualquier evento personal, cualquier evento psíquico —es decir, cada estado de
ánimo, cada pensamiento que tiene —como si fuera usted mismo, como si fuera
"Yo"— y lo sanciona y firma?
Si lo hace así,
no comprende lo que significa el trabajo
sobre sí.
Se acepta a sí
mismo como si fuera una persona.
Intenta hacer
el trabajo sin haber empezado a hacerlo, sin ni siquiera saber dónde empieza.
Se asemeja a
esos escarabajos que hacen pelotitas de estiércol, sólo que las hace con sus
pensamientos negativos y los amontona en los armarios de su mente como si
fueran sus más preciadas posesiones personales.
¿Por qué ha de
acompañar todos sus pensamientos?
¿Por qué ha de
creer en ellos si tienen su origen en los "Yoes" negativos?
¿Por qué
empeñarse en seguir una sucesión tras otra de pensamientos negativos como si
todos fueran usted, como si
todos fueran "Yo" mismo que piensa, cuando solo le basta despertar un
poco y comprender que no es necesario aceptar esos pensamientos como usted, que no es preciso seguir ese
rumbo?
Hemos hablado
recientemente de ser pasivo para
con los pensamientos.
Les aseguro a
todos ustedes que les sería muy útil comprender lo que esto significa todos los
días.
Dije una vez que
si pudieran comprender esta parte del trabajo en forma práctica sería cosa de magia.
Despertarán de
pronto de la secuencia de malignos pensamientos negativos y comprenderán que ya
no necesitan encenagarse más.
Pueden
apartarse de ellos, como cuando se sale de un pantano en el que uno se estaba
hundiendo.
Si, pero ¿quién
lo sabe en realidad?
Si aman los
estados negativos más que cualquier otra cosa, por cierto nunca lo sabrán.
Ahora bien, es
preciso comprender que en ustedes hay muchos "Yoes" que están en
contra del trabajo.
Si no fuera
así, el trabajo personal carecería de base.
Todo lo que se
consigue por medio del trabajo es en consecuencia un logro individual —el resultado de los
propios esfuerzos.
Si se aceptara
simplemente el trabajo, nada podría suceder.
Si se
escribiera toda la enseñanza del trabajo en libretas de apuntes, si se lo
dactilografiara bellamente, el trabajo
aún no habría empezado.
Ningún cambio
tendría lugar.
El trabajo se
asemeja a un cambio químico.
Una sal se obtiene
partiendo de dos elementos opuestos.
Estos son
psicológicamente:
Vida y Trabajo.
Asi es preciso
comprender que el trabajo establece una lucha entre los opuestos, cuya fuerza
se acrecienta cada vez más, entre "Yoes" que desean trabajar y
"Yoes" que no lo desean.
Los
"Yoes" puramente vitales no desean el trabajo —y en nosotros son los
"Yoes" más inteligentes.
Recuerden que
en los antiguos escritos esotéricos se dice que "los hijos del mundo son
en su generación más sabios que los hijos de la luz".
Se refiere esto
a los "Yoes" que están en nosotros.
Los
"Yoes" de la Vida son más inteligentes que los "Yoes" del trabajo.
Por eso
nuestras emociones y pensamientos negativos parecen más inteligentes que
cualquier otra cosa —al comienzo.
Quizá alguno de
ustedes sepa cuan plausibles suelen ser algunos de los "Yoes", como
presentan argumentos a la mente y, en apariencia, desean ayudar.
Tales
"Yoes", cuyo número es muy grande, son los que se justifican a si
mismos.
Suelen aparecer
muy a menudo como el poder razonante y, como los abogados del diablo, siempre
toman como punto de partida una verdad a medias.
Ahora bien,
supongamos que se encuentren con una persona que dice mentiras; al principio no
se darán cuenta del alcance de sus palabras, pero al cabo de un tiempo serán más
sagaces y comprenderán que esa persona es embustera y que no se puede confiar
en lo que dice; pero cuando estamos dormidos —es decir, cuando nos damos por
supuestos— los "Yoes" de esa clase, que son embusteros, se hacen cargo
continuamente de nosotros y de nuestros pensamientos y los deforman en toda
clase de modelos falsos, de asociaciones falsas.
Esto produce,
por asi decirlo, una especie de confusión en nosotros, y si dura bastante toda
nuestra mente se envenena y no puede pensar claramente acerca de cosa alguna.
Es muy
necesario examinar y observar los "Yoes" embusteros.
Tenemos tantos.
Deforman
constantemente todas las cosas.
Pero una vez
que se empieza a verlos se descubre de qué modo tejen su material y ya no hay
necesidad alguna de acompañarlos, ni de creer en ellos, ni de aceptar su charla
interior como si fuera verdad; ésta realidad es cosa de magia.
Se sacude uno,
por asi decirlo, como un perro que sale del agua, y se libra instantáneamente
de todo.
Se siente en
paz con el mundo.
Siente que algo
maravilloso tuvo lugar dentro de uno mismo, que ha escapado de un peligro que
nunca habia visto antes.
Por lo tanto,
intente ver los diferentes "Yoes" y ponga atención a lo que dicen
acerca del trabajo —es decir, acerca de la distinción existente entre las ideas
esotéricas y las ideas de vida.
Y recuerde que
si no le es posible presenciar esa lucha en si mismo, si se identifica con cada
curso de pensamiento, con cada clase de charla interior, con cada estado de ánimo,
ignora en la práctica lo que significa este trabajo.
Dirá
simplemente: "Yo me siento negativo hacia el trabajo".
Quiere decir
que se acepta como una sola cosa, como una masa a veces negativa, a veces
positiva.
Esto no lo
llevará a ninguna parte.
También quiere
decir que no comprende lo que significa observarse a si mismo y no se da cuenta
de los diferentes "Yoes" que estan en usted.
En este caso
estará siempre identificado con su estado, y siempre dirá "Yo" a
cualquier estado de si.
¿Cómo podrá
comprender entonces lo que significa transformar
sus estados?
Usted será ellos.
Será incapaz de
separarse de ellos, de modo que
sus estados y usted estarán identificados —serán la
misma cosa.
Usted será uno por la identificación.
Todo será usted.
Entre ustedes
hay muchos que piensan que la observacion de si finca sólo en darse cuenta de
que se sienten malhumorados, de que no se sienten bien, de que se sienten
negativos, aburridos, sombríos, deprimidos, etc.
Permítanme
asegurarles que esta no es la observacion
de si.
La observacion
de si tiene como punto de partida el establecimiento de un "Yo"
Observante en el propio mundo interior.
El
"Yo" Observante no está
identificado con lo que observa.
Cuando se dice:
"Yo me siento
negativo", no se está observando uno a si mismo.
Usted es su estado.
Está
identificado con su estado.
No hay nada
distinto en usted que esté fuera de su estado, algo que no sienta su estado,
que sea independiente de su estado y que lo esté examinando, algo que tenga un
sentimiento muy diferente de su estado.
Si dice: "Yo deseo no ser negativo",
no le sirve de nada. "Yo" es quien habla todo el tiempo.
Se acepta a si
mismo como una masa.
No se divide a
si mismo en dos, lo cual es el comienzo del trabajo sobre si.
No dice:
"¿Por qué es “ello” negativo?"
sino "¿Por que soy Yo negativo?"
Está tomando “ello” y usted como si fueran la misma cosa.
Traten de
comprender lo que significa dividirse en dos —un lado observado y un lado
observante— y traten de tener la sensacion de "Yo" en el lado observante y no en el lado
observado.
En ello estriba
toda la cuestión.
Es menester
recordar que a menos que un hombre se
divida en dos no puede salir de donde
está.
Es asi: estamos
atados interiormente a cosas equivocadas a las cuales aceptamos como si fueran nosotros mismos —pensamientos
equivocados, preocupaciones, etc.
Los aceptamos
como si fueran nosotros.
El trabajo se propone
separamos de ellos.
Este es el
comienzo de la libertad interior.
A esto se
refiere el trabajo.
Si podemos
observar nuestros pensamientos y preocupaciones, en tal caso se establece el
punto de partida del trabajo en uno mismo.
Esto es, el
lado observante es el nuevo punto de crecimiento en uno.
Por eso es
preciso sentir la sensacion de "yo" en el "Yo" Observante y no en el lado observado.
Es preciso
tener conciencia del "Yo" Observante.
Maurice Nicoll
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